lunes, 5 de enero de 2009

Todo llega a un punto, todo siempre ha llegado a un colapso en mi vida. Siempre, siempre llega el momento de la explosión y temo por las consecuencias que estoy viviendo. No es fácil tirar mierda con un ventilador... no lo hago sonriendo, lo hago con una mano tapándome los ojos y con la mente destrozando mi corazón.
Me da pánico que la situación vuelva a ser como antes, no me gusta ser la persona patética, arrastrada y siempre arrepentida por sus impulsos y es justo eso en lo que me estoy convirtiendo. Y ahora ¿de qué sirve pedir perdón?, si ya me has dicho que siempre lo hago y temo ser tan predecible porque claramente día a día te aburrirás un poco más de mí. Y es lo que está ocurriendo ahora y no encuentro solución y mi mente no da respuestas claras..., y mi corazón sigue sintiendo igual que siempre, sigue latiendo por tí y tu maravillosa existencia.
¿Perdón?, si... perdón. Perdón, por ser así... por ser lo que no debía ser. Por descontrolarme tan seguido, por ser el monstruo que soy ahora. Me desconozco y tengo miedo, me da vergüenza ser así. Pero perdón por pedir perdón. No debería seguir haciéndolo ya que te molesta.
Perdón, soy una mierda.