sábado, 24 de octubre de 2009

Aojoscerrados.-

De alguna u otra forma siempre cuando me miro al espejo, me miro y me miro quieta pensando "Pedazo De Mierda" una y otra y otra, infinitas veces hasta que algo me interrumpe -¿bendito "algo"?-.
Dejando mi vergüenza de existir de lado, estás tú.
Tú y tu complejidad extrema, tú y todo lo que te abarca, tu alrededor, tus gestos, tus suspiros y tu aguda voz.
Me declaro extrema y oficialmente incompetente -con todas sus hartas letras- ante la vida, ante mis movimientos y mis ideas -erróneas la mayoría del tiempo-, y así convivo conmigo misma... con culpa, con paranoias, con celos, con odio, con rabia, con destrucción, con desastre interno y aguda angustia... pero -NUEVAMENTE- estás tú. Y es que nadie sabe lo que abarcas, nadie sabe lo que realmente representas en MI vida, nadie se acerca ni si quiera un poquito a todo lo que mi corazón siente por tí, nadie ha vivido esto contigo de esta manera, nadie, nadie, nadie, nadie en todo aspecto y eso, ese, esa, aquello es el ciclópeo problema, aquello es lo que transforma mi piel blanca en roja, aquello es lo que hace que mi mente se trastorne y se prepare para matar cada particula que se te acerque y suponga situaciones utópicas junto a tí.
No es justo, pero lo merezco; No es agradable, pero lo acepto; Me preocupa, pero lo soporto. Y todo eso por tí -y tu inmenso todo-.

Algo/alguien/yo/todos/todo me indica que esto es por algo y no sé por qué, esto existe, esto ES y es nuestro. Tú, yo, el universo y nuestro amor.
No, no puedo cergarme ante algo tan obvio, tan profundo... tan nuestro; -REPITO- Verguenza, me avergüenza mi existencia y mis actos, conductas, palabras... pero TU existencia calma mi vergüenza, tus abrazos quitadores de alma me hacen sentir donde debo estar..., donde siempre debí estar.
Perdón, perdón, perdón... una y mil veces. Lamentos que uso para aferrarme ante una auto idea de que aún me queda bondad, porque yo sé que aún me queda y mucha, mucha... como siempre o tal vez más. Yo lo sé y detesto la idea de una yo vil, una "yo" fría, sola, arrepentida y asquerosamente mala; "Yo" no es así, yo no soy así.
La sensación de ayer al mirarte/sentirte fue la misma de hace más de 2 años atrás, fue la misma o quizás más pura, más llena de amor, más llena de razones tangibles para amarte interminablemente. Nuevamente mi mirada se iba por vergüenza incontrolable, nuevamente mi cuerpo no aguantó la taquicardia y tus brazos fueron/son el mejor lugar para calmar cualquiera de mis dolencias.
Quiero reivindicarme, pararme con orgullo, mirar a los ojos sin sentir que me avergüenzo de mí, hablar sin pensar que no merezco ser escuchada, reir sin sentirme falsa, amarte sin miedo a que me dejes producto del karma y de los muchos castigos que creo que vienen por mí debido a las perversidades que en un tiempo cometí y todo eso contigo se da de una forma tan sublime, natural y perfecta que no puedo ni entenderlo -YO NO PUEDO ENTENDERLO, YO... LA QUE SOBRE EXPLOTA SU CABEZA POR TEORÍAS A CADA SEGUNDO DEL DÍA-, sólo puedo sentir la perfección de tu presencia y hundirme en tu luz a brazos atados y a ojos cerrados, porque tú eres la persona en la que más creo y confío; Y aunque ninguna de todas las anteriores cosas que nombré pasaran contigo, tampoco importaría porque este sentimiento es lo más real que he sentido en mi puta vida y si estoy mintiendo, sólo me perjudicaría a mí misma -MÁS- y que me parta un rayo ahora mismo y me destruya si todo esto es mentira.

martes, 20 de octubre de 2009

Talvezsellamakarma.-

Tengo un nudo, ese nudo antiguo.
Esa piedra que pensé ya haber tragado para siempre volvió; Se demoró 72 horas en volver, cuando yo gasté más de 8.184 en hacerla desaparecer.
No sé ver, no sé apreciar, no sé valorar, no sé entender, no sé agradecer.
Ahora estás sola Anita, ahora estás sola.

Las mismas palabras una y otra y otra y otra por otra por otra vez salen de tí, las mismas exactas y repetitivas frases que trauman y afligen mis sentidos.
No quiero más de lo mismo, lo mismo sabe a lo anterior y lo anterior no me gusta en su totalidad.
Es inexpresable, intangible, imposible de verbalizar... mejor gasto el tiempo mirando mi sombra en mi pared y así dejo de perturbar emociones y cerebros ajenos con mis inveralizables problemas e infinitas conclusiones de auto analisis.
Basta de contradicciones que espantan a todos; Mis pensamientos y palabras asustan y ya está demostrado.
No sé cual es mi afan, mi necesidad tan aguda y obsesiva de sobrepensar todo, de autodestruirme de esa manera y luego patéticamente y ... -no hay otro adjetivo existente que me califique de la manera que necesito- lo comento a mis terceros, ¿qué logro con eso? aparte de arruinar sus respiros y confundir neuronas ajenas.
Conclusiones, conclusiones, conclusiones... basta, apáguense. Mi cerebro podría autoeliminarse, darse paz... es necesario; Así mi existencia no estaría tan contaminada en estado terminal.
No es externo, es interno. Es mío, es propio de mí. No se adueñen de mi intención, no den vuelta la situación. Detesto la manipulación en cualquiera de sus grados de expresión.
La costumbre mata, ahoga, petrifica y sacrifica tradiciones propias que en su ausencia llevan, seguro, a la decadencia.

No entiendo las ganas infinitas de vomitar gritos, gritos filosos y con fecha de vencimiento para que así desvanezcan algun día -e ir en contra de toda esa mierda de "la materia no se destruye, sólo se transforma"- y estar conciente de que cada uno de los cortes internos que tengo ya no podrán seguir produciendose y que nunca más volverán.

Quiero tanto y no hay, detesto mis expectativas sentenciadoras de vida y mi poca fuerza interna para mirar más arriba, para salir del lugar en dónde ahora mi cuerpo yace y al fin desplazarme lo más lejos posible de todos mis enfermos hábitos y podridos pensamientos; Y es que esto viene desde siempre, desde los pequeños indicios de algo que nunca pareció tener importancia hasta ahora que es lo que terminó con apuñalar -mil y una vez- mi vida.
Basta, me dan asco mis movimientos, mis pensamientos, mi pasado, mi futuro, mis sentimientos.
De todo a nada en acumulaciones de segundos, de nada a todo en tan sólo un acto que desató mi conciencia extrema, tanto así que mi pasado se ha transformado en la peor definición a lo que llaman "los mejores años de la vida".

Pierdo y no quiero perder, angustia.
Gano y no quiero ganar, angustia.
Ana María arruina vidas.

domingo, 18 de octubre de 2009

Nomegustapensarenmí.-

Los estímulos externos se adhieren a mis ganas y mi identidad, las palabras se tornan obligaciones y pseudo leyes que -sin razón aparente- cumplo y me ahogo.
No entiendo ni sé por qué mis sensaciones se apagaron, se opacaron y están muriendo; Agonizan sin la esperanza de recobrar vida, por ende están muertas para mí y para todos.
Ya no es sano recordar -al parecer-, cada segundo de flash back retuerce mis entrañas con anhelos infinitos de revivir viejos tiempos.
La imposibilidad que siento, las pocas opciones, las pocas sensaciones que habitan en mí, son aliadas de la futura destrucción total de mí. Cada detalle de la vida cotidiana es totalmente capás de martiriarme hasta el segundo en que mi mentalidad cambie radicalmente.
Tal vez por eso estoy llena de anhelos imposibles y truculentos que me dan razones por las cuales luchar, metas que cumplir... metas que si llego a cumplir me sentiría decepcionada infinitamente de mí y aún así me alimento de eso, con el bonus de que todavía soy capás de llenarme con la fina linea de lo bueno que tienen cada uno de esos anhelos.
No me agrada mi poca capacidad de satisfacción ante algo, más bien, lo detesto, me perturba, me tortura.
Pero ¿es mi culpa?, o ¿es que no tengo reales motivos de satisfacción?.
Hey, no me siento llena, no estoy plena... falta algo, faltan miles de pequeños "algos" inalcanzables a mi raciocinio y que no quiero que alguien se esmere en darmelos, porque no y no; Es que pierde la gracia, todo ya no tiene gracia, no hay algo emocionante, no hay sensaciones, no hay colores.

La decadencia emocional de mi entorno, la monotonía de los actos, las palabras vacías y los habitos fríos han comenzado -oficialmente- a carcomerme y por primera vez -creo/siento- que no puedo auto revivirme. Las palabras vacías ya lograron dominar mis sentidos, las miradas ya acostumbraron a mis ojos a perder el brillo, los latidos ya obligaron a los míos a ser monótonos y a pesar de que sé que voy muriendo, también me acostumbraron a disimularlo.

Me echo de menos.