jueves, 4 de agosto de 2011

en vola

Son esas ganas de despertar sin fuente de angustia.
No es una pena macabra, aunque igual me quita suspiros. No estoy en el suelo llorando, pero tengo flashbacks.
Es que tengo tanto miedo de quedarme inactiva, recordarte y perderme. No quiero, yo no tengo por qué. No tengo por qué, pero aquí estoy.

Es un vaivén que no controlo, es casi un ritual el perderte. Ya basta, si tengo pena debo expresarla, pero no me quedan ganas.
Es injusto y siempre pierdo.
¿Ser mejor para tener cosas mejores?
Ya llegará el día en que me enfoque en estar bien, en lugar de no estar mal.