lunes, 11 de junio de 2012

alachucha

A veces (siempre) hay que auto-evaluarze.
Quien ama, ¿haría esto?... la respuesta de eso es la que me está quebrando. El eco de las mentiras es lo que me está pudriendo; tu infinita capacidad de subirme y azotarme en el suelo.

En días como esto es cuando todo lo demás deja de importar y abandono mi entorno. Ensimismarse, cuando tu deberías ahondar en mí. No vienes, no piensas, no te mueves y ese es tu ritmo, tu ritmo sin ti y conmigo... así funcionas.
No existes cuando estás, no estás cuando existes, entonces, eres un vacío que se ve, una eterna contradicción.

"¡Ven!", pensé gritando y sólo te fuiste, con esa fuerza de mierda que irradias, con esa facilidad que tienes  de alejarte y dejar morir. Te gusta matar, matas con normalidad y lentitud; no entiendes lo que es la cercanía y tu propia imagen está primero que la de los demás.
¡Que tu reflejo no se rompa!, ¡que tu sombra no se apague!.

Esperar en mi puerta que aparezcas sin la coraza y con ganas de honestidad; que abandones tu visión única de las cosas y te des cuenta del calor.
Mi agresividad para acercarte no sirve, obvio. Es desesperación y lo básico no lo entiende.
(¿Por qué es que yo te analizo y logro entenderte, mientras tú corres?)
Es eso, me siento como una víctima, pisoteada, destrozada, apuñalada y el hecho de que eso te haga sonreír es lo que me acosa. Con ese pensamiento presente me dan ganas de apuñalarte a tí. Me dan ganas de atropellarte, despedazarte, escupirte, empujarte, botarte, romperte, desangrarte pero dejarte viva para que sufras y sientas cada una de las causas de martirio que me has hecho sentir... y exigido que te perdone.
Quiero gritar que te odio, que jamás te perdonaré, que mereces la muerte y cada cosa mala que se te devolverá... porque no has entendido, porque no abres los ojos, no ves más allá de tu nariz y jamás respirarías por otra persona. Te odio por tu inconsciencia, por tu inconstancia, por tu desentendimiento, tus nulas ganas, tu inexistente empatía y sobre todo tu amor al hacerme daño.

No mostrar, callar, omitir para que no se sienta bien. Alejarse para que sufra por vil, pero sobre todo para que se de cuenta y a lo mejor (aún así) me extrañe y quiera volver. A lo mejor, se da cuenta de que me necesita y siente amor... pero amor por mí, porque yo, después de todo, sigo esperando, sigo queriendo que vuelva y eso es lo que me hace sentir repudio por mi misma, que a pesar de todo lo que me pisoteaste y usaste en vano mi nombre, sigo queriendo que llames, sigo esperando que suene el timbre y seas tú...
ASQUEROSA, ASQUEROSA, PATÉTICA, ARRASTRADA... y por tí.
Por eso, por eso cambiaré, por eso respiro.

No dejar que vuelva, no dejar que me mienta nuevamente, no creer, no esperar, no extrañar.
Llora, Anita, llora... quién ríe último, ríe mejor.

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