Hoy es uno de esos días que nunca había tenido.
Frío, la tensión de frío está haciendome comportar extraña y la voz de Thom Yorke me da escalofríos, o tal vez es lo mismo.
Yo y mis cambios de ánimo, ahora si estoy oficialmente loca y me da miedo como nunca antes. Pero, detente. Oye, para. Ni si quiera sabes qué escribir porque en realidad todo lo que sientes se te escapa en un segundo y no puedes reconocerlo, no puedes manejarlo, no puedes ni siquiera sentirlo bien.
Hay tantas respuestas paranóicas en mi cabeza, hay tantas pseudo razones, tantas suposiciones.
No quiero que esto continúe así, comienzo a perder mi auto-control justo cuando menos lo necesito. No es como antes, cuando gozaba de mi pudrición -y ahora no me gusta haber usado esa palabra-.
Qué es esto, oye mierda. Quiero no estar sola hoy aquí en mi pieza, quiero no tener estos litros atrapados en mis ojos sin razón. No quiero más la garganta apretada, no quiero más estos escalofríos repentinos, no quiero más dolores de cabeza, no quiero más sentir que debo gritar y no se puede porque me gritarán de vuelta.
Piedra de mierda en la garganta, litros patéticos miedosos, cobardes... muéstrense.
Tengo unas ganas infinitas de correr, que me de hipotermia y que alguien me encuentre y me abraze.