La lluvia, el frío, las nubes y el color gris saben a Junio. Es como una mezcla que, al ser perfecta de esta manera, me recalca que Junio y Julio son los meses del año que me pertenecen y me acogen.
Está todo asociado con las bajas frecuencias pero conmigo no es así, o tal vez estoy conciente de ello y por eso me gusta, por ende, mi percepción de mi misma acaba de cambiar.
Hoy me aguanto, me trago el vomito y cuento. Me obligo a distraerme, lo digiero y lo vomito... pero aquí.
Merezco un aplauso, de esos que te marcan la sonrisa y la boca te duele; de esos que no te molestan, de esos que no son falsos y recalcan (cavernícolamente) que está/s bien.
Hoy elijo sentarme a mirar ojos, pero no sé cuales.
Hoy elijo callar, porque es tiempo de hacerlo.
Junio, yo te entiendo.