Me paraliza, me vuelvo roja y luego azul.
Boto una o dos lágrimas y luego escucho canciones tristes y escribo.
Doy gracias que sólo hasta ahí llega.
Es mi ego, es mi eterno baile con el recuerdo y las conclusiones.
Esto que haces es la respuesta a todo lo que tenía que ver contigo y conmigo.
Te multiplico por cero por tu cero amor y cero honestidad.
Qué triste es que no me recuerdes.
Me duele que avances con una sonrisa luego de haber descuartizado a más de un ser, pero sólo duele haberme dejado a tu merced.
Duele que no recuerdes, que estés bien sin mi; que no hayas llamado en la noche.
Extraño tus mensajes de texto, tal vez tu olor y tus besos por seguro. Pero no a tí.
No te recuerdo a tí, no eras TÚ únicamente lo que necesité. Un cuerpo más, un cuerpo menos...
Era compañía, era que fueras difícil, mentirosa, era llorarte y que me lloraras, que me buscaras y te buscara. No te extraño a tí. Llenaste un vacío sepulcral pero lo llenaste con cuchillos.
Está bien, está bien. Pasará. Está bien que sonrías y no me recuerdes.
Voy a estar bien.
lunes, 15 de octubre de 2012
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