A veces (siempre) me gustaría que me llamara a cada rato o al menos que me contestara en las mañanas para que escuche mis sueños y/o pesadillas; esas nuevas experiencias que sólo son verbalizables unos minutos después de despertar, luego el cuerpo las absorbe y no las deja salir.
Tal vez soy MUY o DEMASIADO, pero me siento mal. Quiero escuchar su voz, pero no está... y si responde, serán gritos e insultos.
Detesto despertar pensando que la veré pero que luego llame y con sus propias manos quiebre mis ilusiones.
¿Será que la necesito mucho?