Ahora ni si quiera mi mente es un refugio, ni si quiera los pensamientos son seguros de pensar. ¿Inseguridad? si, pero no por tú existencia... por la mía. Por los constantes errores que hago una y otra vez sin parar, por ni si quiera darme cuenta de las cosas que hago o hice y de esa forma ir perturbando mi cansada mente y llenarla de voces que digan que te perderé por mi inmadurez.
Perdón? perdón, perdón, perdón... la palabra "perdón", mil veces "perdón" elevado al cubo infinito no alcanza a llenarme de paz, ni a tranquilizarme. Nunca sé perdonarme, nunca puedo dejar de autodestruirme al cometer errores que me hagan sentir que te perderé.
Es como el tema prohibido de la vida, de mi vida. El hecho de pensar en perderte colapsa hasta mi más minimo organo.
Y me canso, y pienso... y no doy más. Mi mente es explotada por mi misma y honestamente no quiero seguirla ocupando de esta forma.
Si una cosa entendí hoy en mi vida es que la vida es como es, las cosas son como son y no hay por qué seguir demacrando las neuronas hasta que los ojos se inhunden.
Tengo ganas de vivir sin más problemas externos, esto es de a dos... siempre la idea ha sido de a dos, pero nunca hemos sido dos. Siempre hemos sido más, terceras personas... no entiendo.
No quiero entender, quiero vivir y eso es todo. No tengo fuerzas para preocuparme de otras cosas que sólo cargan mi cabeza de fecas.
Y yo propongo vivir feliz, no sé si entenderás mi idea... no sé si la encuentres realista. Querer es poder.