Incoherencia, resistencia... se acabó lo de acá y lo de allá.
Entierra el puñal en mi espalda y lo único que conseguirás serán carcajadas. Mis carcajadas llenas de eco que rebotarán en cada una de tus entrañas, causando el más extremo placer mental.
Esto se volvió siniestro y casi poco divertido. El que usa mi nombre en vano, será castigado por años en mi mente y no, no me aburre, porque dijiste que mi locura supera la de muchos -al menos la tuya-, y ahora que me convenciste, mi propia enfermedad será la más aguda venganza, mi más certero escudo con efecto rebote.
Me dan asco los shows, las lagrimas, las conversaciones, el drama proveniente de seres vivos, los escritos de terceros, los secretos, los planes y las miradas.
No sé cómo más gritar que me doy cuenta de todo.
No volvería a mi pasado, jamás. Jamás. Jamás.
Quiero vomitar en la casa de sus emociones, quiero escupir en los rostros sonrientes y terminar en las bocas. Ahóguense con mi más puro placer.